Quizás no percibamos el sonido, pero lo sentimos por la piel, y se transmite por la capacidad ósea hacia todo el cuerpo.
El sonido puede producir cambios en los sistemas endocrino, inmunológico, autonómico, neuropéptidos y nervioso. Cada átomo, molécula, célula, glándula y órgano del cuerpo humano absorbe y emite sonido. El cuerpo humano está compuesto por agua (80% aproximadamente), gracias a ello, el sonido provoca una onda expansiva interna que ayuda a la estabilización de los sistemas mencionados anteriormente y al “desestancamiento” de las partes que se encuentren bloqueadas o en tensión.
Mi formación como profesora de Kundalini Yoga en Rishikesh (India-2016) de la mano de Gurumukh y en sonoterapia bajo los auspicios de la Academia Gong Avatar (en Miami, FL) donde estudié desde el 2017 hasta el 2021 me sumergieron en experimentar en mí misma que el sonido, en combinación con los mantras y los ejercicios de respiración (pranayama) podían un cambio interno que tuvo un efecto expansivo externamente (tanto en mi salud física, como mental y emocional). Esto hizo que me impulsara como facilitadora de Kundalini Yoga y Sonoterapia y poco a poco fuera dejando mi carrera en la abogacía.